Que levante la mano quien esté un poco obsesionado con el vino y el queso. Hoy te vamos a dar 3 maneras de ejecutar los maridajes más increíbles que te dejarán boquiabierto. Lo creas o no, hay una forma "incorrecta" de hacerlo... pero si sigues estas instrucciones, ganarás siempre.
Antes de lanzarte al pasillo de los quesos de lujo, un par de notas:
- Organiza tu bandeja con quesos en secuencia, desde los ligeros, cremosos y delicados hasta los duros, densos e intensos. Empezamos con quesos y vinos más ligeros y luego pasamos a sabores y texturas más intensos para evitar lo que llamamos "abrumar el paladar". Recuerda que es un maratón, no un sprint. Nos gusta organizar los platos de izquierda a derecha, pero si prefieres un plato circular, puedes hacerlo en el sentido de las agujas del reloj.
- Etiqueta los quesos. Una forma informal de hacerlo es colocar un rollo de papel de estraza sobre la mesa y escribir los nombres de los quesos con un rotulador.
- Saca los quesos al menos 45 minutos antes de servirlos para que estén a temperatura ambiente y se disfruten al máximo.
- Atrévete a ir desnudo. Aunque es inteligente tener a mano algunas galletas saladas o rebanadas de baguette normal, si tu objetivo es una exploración centrada en la naturaleza más friki, los quesos se degustan mejor por sí solos. Así que prescinde de los aceites de oliva, mermeladas y otros condimentos: los vinos son los únicos acompañantes que necesitarás.
Ahora que ya está preparado, aquí tienes 3 secretos para crear maridajes alucinantes:
Secreto de maridaje N° 1: Combinación de texturas
El factor más importante para crear un maridaje exitoso es emparejar quesos y vinos del mismo peso. Puesto que buscamos el equilibrio, maridar un queso de cabra ligero y cremoso con un vino tinto denso y macizo sería un gran fracaso. En su lugar, prueba estos maridajes armónicos que hemos emparejado por sus texturas compatibles:
- Queso de leche de oveja y vaca joven, fresco y suave con un vino blanco delicado y aromático.
- Queso de leche de oveja y vaca semiblando con un vino blanco de cuerpo medio.
- Quesos de estilo alpino con un vino tinto fresco y afrutado.
- Queso duro de leche de oveja con vino tintos ricos y con cuerpo.
Secreto de maridaje Nº 2: los polos opuestos se atraen
Por otro lado, a veces un maridaje opuesto también es delicioso. Puedes ceñirte a las reglas de la "combinación de texturas" pero jugar un poco con el sabor. Tal vez un queso con corteza de romero sería delicioso si se combinara con un vino cítrico. Romero y limón, una de las combinaciones favoritas en la comida, y tu puedes crear este mismo tipo de contraste de sabor en su maridaje de vinos. Otro estilo de maridaje de contraste que siempre es un éxito es el maridaje de queso con sabor a nuez y salado con un vino vibrante y afrutado.
Secreto de maridaje Nº 3: Lo que crece junto, va junto
Los vinos y los quesos de la misma región son excelentes maridajes porque comparten una armonía natural. Piensa en un queso de cabra maridado con un hermoso vino de la misma región... ¡el paraíso! Incluso si no puedes encontrar vino y queso exactamente del mismo lugar, puedes simularlo si sigue el concepto general. Por ejemplo, si tienes un vino rosado elaborado con la uva Aleático que quieres maridar, rebosaba de los aromas florales y herbáceos, puedes hallar un queso de otra que región que comparta ingredientes de tu vino, como las hierbas o aromas. Aunque técnicamente no era un maridaje regional, ¡lo es conceptualmente!
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